¿Tienes anemia ferropénica? Causas comunes y recomendaciones alimentarias para mejorar

¿Estás continuamente tomando pastillas de hierro que entorpecen tu tránsito intestinal? ¿Te sientes decaída y cansada? ¿Tienes menstruaciones muy abundantes? ¿Se te cae el pelo o tienes las uñas quebradizas?

Si te sientes identificada con alguna o varias de estas situaciones, podrías tener anemia.

Actualmente es muy fácil detectar la anemia con unas analíticas convencionales. Pero existen diferentes tipos de anemias y no con todas ellas se obtienen buenos resultados cuando se hace una intervención con alimentación. Y es que hay que tener en cuenta la causa, la absorción y la combinación de alimentos de cada persona.

La más común en los países desarrollados es la anemia ferropénica (el déficit de hierro en sangre). ¿Pero realmente no tomamos suficiente hierro a través de la dieta cómo para que tengamos anemia? La respuesta es sí, pero lo más probable es que no estés absorbiendo bien el hierro a nivel intestinal o que lo elimines en exceso.

Las causas más comunes relacionadas con una mala absorción del hierro, acostumbran a ser:

• Estado inflamatorio del organismo que dificulta entre otras cosas, el correcto funcionamiento del hígado.
• Enfermedad intestinal: diarreas crónica, celiaquía o intolerancia al gluten, enfermedad inflamatoria intestinal (Crohn, etc.)
• Tomar antiácidos a menudo y de forma frecuente.

Las causas más comunes relacionadas con la perdida de hierro son:

• Menstruaciones abundantes, frecuentes o prolongadas en las mujeres en edad fértil.
• Hemorragias internas por otras enfermedades o problemas de salud.

Entonces, ¿Qué podemos hacer? Antes de actuar es imprescindible tener un diagnóstico correcto para saber cuál es la causa de la anemia.

• Si tienes menstruaciones abundantes, podría ser conveniente que realices una depuración hepática y regular el tránsito intestinal, ya que el hígado y el intestino son los órganos principales que se encargan de eliminar el exceso de estrógenos. El exceso de estas hormonas puede ser el causante de las hemorragias excesivas.
• En cambio, si tu causa está relacionada con la mala absorción intestinal, es necesario identificar qué pasa y tratarlo de forma específica para garantizar una correcta absorción de hierro y del resto de nutrientes a través de los intestinos.
• Si sufres un estado inflamatorio general debes evitar productos refinados en exceso: tales como lácteos, azúcares, trigo, alcohol, estimulantes. Estos productos, además, favorecen la desmineralización del organismo. Conviene tomar cada día cúrcuma, alimentos frescos sin procesar, frutas y verduras ecológicas. Tomar un suplemento de Omega 3 y espirulina, un alga de agua dulce muy rica en clorofila que depura, desinflama y ayuda a la formación de glóbulos rojos.
• Por último, si necesitas tomar un antiácido a menudo y sufres de anemia es recomendable visitar a tu terapeuta y revalorar la toma de dicha medicación.

Si crees que sufres una de estas causas, es imprescindible visitar un profesional que te pueda ayudar.

¿Qué hierro se absorbe mejor?

Es importante destacar que no todo el hierro que tomamos a través de los alimentos se absorbe igual. El hierro no-hemo procedente de los vegetales, el huevo y los lácteos se absorbe peor que el hierro hemo procedente de la carne y el pescado.

Puedes seguir estas recomendaciones para favorecer la absorción del hierro no-hemo:

• Tomar alimentos ricos en vitamina C junto con alimentos ricos en hierro: Limón, chucrut, pimiento rojo, perejil, germinados, brócoli, kiwi, naranja, etc.
• Enriquecer y aliñar nuestros platos con algún ácido como el del vinagre de manzana sin pasteurizar (ácido acético), o con un poco de zumo de limón (ácido cítrico), o con chucrut (ácido láctico).
• Garantizar una fuente suficiente de vitamina A y betacarotenos (zanahoria, calabaza, col, boniatos, hígado, etc.
• Añadir a nuestros platos un trozo de carne o algo de pescado, ya que el hecho de que en el mismo plato haya hierro hemo, favorece la absorción del hierro no-hemo.

De todas formas, ten en cuenta que un organismo sano regula la absorción del hierro en función de las necesidades. Si tienes los niveles de hierro en sangre correctos, no por tomar más hierro se absorberá más.